Ya casi no me acuerdo
pero lo conocí con su ambiciosa necedad
de trastocarlo todo
de transformarse en todo
destruirse
Bastaba su ternura -inocente mirada
de ácido nítrico sobre placa de cobre-
Por eso mi corazón, lata oxidada
está tan carcomido (se ve rete bonito
como un cuadro de Tapies y además
todavía sirve).
Oigame usted apenas lo recuerdo
como si nuestras escenas en la alcoba
hubieran sido un delicadísimo grabado
al aguatinta.
(de En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario