domingo, julio 24, 2005

Usted inventó en mi corazón unos labios delgadísimos

encima un beso, dos besos y esas manos

que hacen leña de la falda caída.

¡Ay! señor mío, mi señor, mi sueño mío.

Yo quisiera poner riendas a la pasión

pero la muerte está tan de repente.

Sus uñas son la osamenta de la luna

dedos de cirujano: (Doctor, usted es un artista

cuando abre mis labios y con hilos de humo

surce en ellos bordados de saliva)

Su habilidad dejó en mi rostro una sonrisa:

cicatriz de sus dedos de fuego al rojo vivo

sobre esta herida, que de tanto doler

ya ni me duele.



(de En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)

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