domingo, julio 24, 2005

Benigna blasfemia de tu lengua

cabeza de avestruz en mitad de mi carne

bizarra timidez puesta en escena

aquiétate un poquito en esta oscuridad

que me hace humilde, humildita, humaldita

Resígnate al placer

deja que el humo ocupe tu cabeza

Mira cómo te prestas mórbido y delicado

impúdico divino

indefectible

eterno

Asciendo a la cumbre

Cuando el sol amanece

miro bajo mis pies las nubes

los árboles son gente

que corre a su trabajo


(de En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)

No hay comentarios.: