Usted era ternura que no existe en estas latitudes,
inteligencia de estrella
suavidad de grito penetrando el silencio,
pereza del corazón sin oídos para el canto
inocencia de carnicero.
Domingo que desprecia los otros días de la semana
Odio de patrón de víctima
Odio sin retorno.
Glotón de doncellas.
púrpura grito explotaba en su garganta.
Era lunes y quería ser domingo
por-todos-los-diablos-domingo.
Usted tenía una generosidad de puta
saliva infectada de lujuria,
humilde pie de erótico dibujo.
Era modesta luna escondida en las nubes
Usted era fuego-hielo
hogar-casa vacía.
aguased, tortillahambre, horrorabrazo.
Era usted mi raíz de vello púbico,
humedad en mis ropas interiores
pliegue de mis entrepiernas,
sonrisa en las niñas de mis ojos;
antigüedad en biblioteca.
Era usted café recién tostado, olfato.
Mi padre y mi hijo.
Mi maestro.
Mi alumno.
Y ahora es la abstinencia
del olvido.
(de En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)
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