domingo, julio 24, 2005

Usted era ternura que no existe en estas latitudes,

inteligencia de estrella

suavidad de grito penetrando el silencio,

pereza del corazón sin oídos para el canto

inocencia de carnicero.

Domingo que desprecia los otros días de la semana

Odio de patrón de víctima

Odio sin retorno.

Glotón de doncellas.

púrpura grito explotaba en su garganta.

Era lunes y quería ser domingo

por-todos-los-diablos-domingo.

Usted tenía una generosidad de puta

saliva infectada de lujuria,

humilde pie de erótico dibujo.

Era modesta luna escondida en las nubes

y qué paciencia de polvo que será montaña.

Usted era fuego-hielo

hogar-casa vacía.

aguased, tortillahambre, horrorabrazo.

Era usted mi raíz de vello púbico,

humedad en mis ropas interiores

pliegue de mis entrepiernas,

sonrisa en las niñas de mis ojos;

antigüedad en biblioteca.

Era usted café recién tostado, olfato.

Mi padre y mi hijo.

Mi maestro.

Mi alumno.

Y ahora es la abstinencia

del olvido.





(de
En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)

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