lunes, agosto 22, 2005

Otra vez la rata

Metida en mi nuca mordisquea sueños,

los infecta.

sus chillidos son agujas entre mis dedos y mis uñas.

La odio porque sus ojos

se burlan de mi suerte;

sólo saber que habita los metros que yo piso

me espeluzna.

Monta caballo de papel maché

como si a galope el infierno atravesara.

La rata omnipresente.

Me parece que es la rata

la que carga en el lomo la redondez del mundo.

Si se presenta el desaliento

ahí la rata,

si el hambre

la rata,

si el espanto

la rata.

Y en la desórbita del delirio,

cómo huye la rata de la escoba

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