jueves, junio 02, 2005

Josefina

Ayer

los árboles ondearon

miles de millones de banderas

El sol

merodeó sombreros

mantas

y consignas

Tu corazón vino a posarse

temblando entre mis manos

Su voz me dijo en un susurro de yunque:

“no voy a rendirme”

Y el eco de su dulce latido

quedó vibrando en la plaza

Era domingo en el parque de Celaya.


(de
En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)

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