Josefina
Ayer
los árboles ondearon
miles de millones de banderas
El sol
merodeó sombreros
mantas
y consignas
Tu corazón vino a posarse
temblando entre mis manos
Su voz me dijo en un susurro de yunque:
“no voy a rendirme”
Y el eco de su dulce latido
quedó vibrando en la plaza
Era domingo en el parque de Celaya.
(de En boca de otro, editorial Xilote, junio 1996)
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